Pau Forte: “Quiero que mi paso por la UDP me haga ganar autonomía y confianza”

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Pau Forte Genescà es estudiante de Medicina de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, actualmente en el penúltimo año de su carrera, y desde mediados de abril se encuentra en Chile para realizar una pasantía en la Escuela de Medicina UDP, donde se encuentra cursando el Internado Integral de Salud Comunitaria durante dos meses, uno en el CESFAM Juanita Aguirre en Conchalí y otro en el Hospital Rural de Lolol.

31 / 05 / 2021

Pau Forte Genescà

¿Cómo surgió y concretaste esta oportunidad?

Hace ya unos cuantos años que la UDP y la UPF establecieron relaciones bilaterales con el objetivo de ofrecer a sus estudiantes la posibilidad de cursar un período de su formación en el extranjero. Es por este motivo que cada año se ofrecen un par de plazas a los estudiantes de Medicina de la UPF para poder realizar una pasantía en la UDP.

La llegada no fue sencilla en ningún aspecto. En primer lugar tenía que conseguir la plaza que se ofrecía, afortunadamente fue así. Sin embargo, surgieron dudas sobre si mi viaje era apropiado al encontrarse el país en un clima de estallido social justo en ese momento. Decidí seguir adelante, y entonces estalló otra crisis, la del SARS-CoV-2. 

Sufrí cuando a mis compañeros de un año más les cancelaron su intercambio, me temía que me fuera a suceder lo mismo. De hecho, hasta enero de 2021 las cosas no estuvieron claras. Fui muy insistente en mi solicitud de mantener el intercambio. 

Supongo que la Escuela de Medicina, al ver mis enormes ganas de venir, accedió a darme esta oportunidad. Creo que no se imaginan la enorme alegría que sentí al recibir las buenas noticias. Y cuando ya lo tenía todo preparado y a punto para subirme al avión, se decretó el cierre de fronteras de Chile. 

Pasé un par de noches muy malas, a pesar de estar de exámenes, en mi cabeza sólo cabía Chile… Tanto el Consulado de Barcelona como la administración de Santiago de Chile estaban cerrados porque ya era muy tarde, y los siguientes cuatro días eran feriados, con lo que me encontraba sin nadie a quien poder consultar. Se me ocurrió que en otras partes del mundo aún no había anochecido, así que llamé al Consulado de Hawaii y al de Australia para pedirles ayuda, ya que en su huso horario aún me podían atender. Al final el Consulado de Barcelona, a quienes agradezco infinitamente su ayuda, me extendió un salvoconducto para poder viajar. 

Luego de cinco días en una Residencia Sanitaria (donde no podía salir de la habitación) y cuarentena de cinco días en casa, ya fui libre en suelo chileno. El suelo de Chile me recibió con un temblor (para mí fue como un enorme terremoto), que me llevó a plantearme qué se me había perdido en la otra punta del mundo, fue maravilloso. Podría añadir muchas anécdotas sobre cosas que me han pasado y me siguen pasando, pero creo que la idea es clara: esto ha sido una maratón, una carrera de obstáculos y los 100 metros lisos todo al mismo tiempo…  Et ce n’est pas fini.

¿Qué te motivó a venir a Chile?

Elegí Chile por el boca-oreja: cuando pregunté a mis compañeros de dos años más cuál era el mejor destino de todos me dijeron “Sin lugar a dudas, Chile”. Y cuando quise saber el porqué de su respuesta me hablaron de la belleza del país, de la apertura de sus gentes y de la gran experiencia que ellos tuvieron tanto a nivel académico como a nivel personal. 

Me dijeron que adquirieron grandes habilidades en su pasantía, y que aprendieron mucho tanto de los médicos como de los otros internos, que aquí el nivel de los estudiantes es elevadísimo y por lo tanto gozan de gran autonomía. Yo quise vivir algo así, poder conocer los sitios más bonitos del territorio, poder compartir momentos con muchas personas y poder aprender. En resumen, crecer, a eso he venido.

¿Cuáles son tus expectativas sobre tu paso por la UDP?

Quiero que mi paso por la UDP me haga ganar autonomía y confianza, quiero verme capaz de afrontar una consulta médica por mí solo, quiero empezar a dar, después de haber estado recibiendo durante todos los años de mi formación. De momento estoy muy contento con lo que estoy viendo y lo que estoy haciendo, la relación con todas las personas del CESFAM y mis compañeras de la UDP es genial. Además, conocer la población desde el punto de vista médico te permite entender mucho sus vidas: creo que es una gran manera de conocer el país. En el fondo, creo que este va a ser el conocimiento que más voy a valorar.

¿Cómo enfrentas el trabajo en el contexto de pandemia que actualmente vivimos?

No quiero que la pandemia afecte más a mi vida de lo que ya lo está haciendo. Hay momentos durante el trato con personas enfermas en los que uno teme por su seguridad personal, pero al contar con todos los EPP y con el soporte de los profesionales me puedo sentir tranquilo. Espero que la pandemia haga que la población y la administración valoren de verdad a los profesionales sanitarios de su país. Veo que la situación de maltrato que se vive en el mundo de la salud es un problema que traspasa fronteras. Soy un poco nihilista en este sentido, ojalá esté equivocado.

¿Cómo ha sido la experiencia hasta ahora, hay algo que te gustaría destacar?

No cambiaría nada de mi experiencia hasta ahora. Naturalmente que me hubiera gustado viajar a Torres del Paine o a Atacama. Sin embargo, me considero muy afortunado y feliz de haber conocido a los amigos que he hecho en casa y de todo lo que he vivido con ellos: excursiones, comidas de todo el mundo, charlas y piscola. De los chilenos me gustaría destacar dos cualidades: su enorme capacidad de resistencia a la adversidad y su enorme convicción en la lucha. Desde la cotidianidad de las familias que he conocido en Conchalí hasta el ejemplar proceso constituyente que se está desarrollando estos días en todo el país. Chapeau!