Fernando Zegers comenta el último informe sobre Tecnologías de Reproducción Asistida en América Latina
“La edad de la mujer es el factor más determinante en el éxito o fracaso de los tratamientos de fertilidad”, asegura el director del programa de Ética y Políticas Públicas en Reproducción Humana, Facultad de Medicina UDP.
04 / 12 / 2024
Fernando Zegers, director del programa de Ética y Políticas Públicas en Reproducción Humana UDP y uno de los mayores expertos en medicina reproductiva a nivel mundial, publica anualmente un reporte sobre los resultados y los nuevos hallazgos de las Técnicas de Reproducción Asistida (ART, por sus siglas en inglés) en la región. “Tecnologías de reproducción asistida en América Latina: el Registro Latinoamericano, 2021”, fue el último informe, publicado en agosto, que tuvo al académico de la Facultad de Medicina UDP como autor principal y en el que también participó la Dra. Fanny Petermann-Rocha y los investigadores adjuntos Dr. Javier Crosby y Carolina Musri, MSc.
El documento busca mostrar de qué manera se incorporan los nuevos avances científicos y cómo influyen en los resultados de los tratamientos. “El reporte anual constituye una enorme base de datos que sirve a instituciones para evaluar sus resultados en relación con su país y con su región. En esta última versión dimos a conocer la base de datos más grande que está publicada de errores cromosómicos en embriones de mujeres de diferentes edades, lo que hace posible entender aspectos de eficiencia o ineficiencia reproductiva en nuestra especie”, explica el médico Maestro de la medicina reproductiva de Chile.
Zegers destaca el convenio entre UDP y la Red Latinoamericana de Reproducción Asistida (REDLARA) para el desarrollo de la Guía Educacional de Reproducción Asistida. “Es un portal educacional único que tiene por objeto educar a las personas que sufren de infertilidad y a los ginecólogos y enfermeras sobre los diferentes procedimientos de reproducción y, entre otras cosas, hacer posible que una persona pueda calcular la chance de éxito usando Big Data para realizar ejercicios de predictibilidad en base a la edad de la mujer, número de embriones generados, número de embriones transferidos, estudios genéticos, etc. Todo esto ha sido posible gracias a esta gigante base de datos que incluye más de 1.300.000 ciclos de reproducción asistida y más de 300.000 nacidos”, indica.
Este es el informe número 33 sobre procedimientos realizados en América Latina, que incluye 204 instituciones certificadas en 16 países. ¿Qué tendencias se observan en la efectividad y seguridad de las Tecnologías de Reproducción Asistida en la región?
Efectivamente, el registro latinoamericano de reproducción asistida lo iniciamos en 1990 y las publicaciones anuales pueden encontrarse en REDLARA.com. En relación con tendencias en estos treinta años, podemos observar un continuo progreso en el sentido de equilibrar eficiencia y seguridad de las Técnicas de Reproducción Asistida (ART). Esto se ha logrado disminuyendo la multigestación que a través de la prematuridad constituye la mayor causa de mortalidad y morbilidad para los recién nacidos. A través de los años, se ha logrado mejorar la eficiencia disminuyendo el número de embriones transferidos y de esa manera, bajando las tasas de multigestación que, como mencioné, es la causa más directa de patología neonatal. Esto se logra incluyendo tecnología de punta para congelar óvulos y embriones, diagnóstico genético preimplantación y otros notables avances de la ciencia.
¿Qué diferencias encontraron en el uso de ART entre los países estudiados?
Como parte de un acuerdo con los centros participantes (aproximadamente 80% de los centros de la región), no se dan datos que permitan comparar diferentes centros, y las comparaciones entre países se refieren sólo a acceso a ART. Chile tiene la segunda mayor utilización de ART por millón de habitantes, pero está muy lejos del nivel de utilización de países europeos, de Australia y Asia.
La proporción de mujeres de 40 años aumentó al 35,8%, mientras que la de mujeres de 34 años descendió al 23,9%, dice el informe. ¿Qué impacto tiene el aumento de la edad de las mujeres en los resultados?
La edad de la mujer es el factor más determinante en el éxito o fracaso de los tratamientos de fertilidad. A medida que aumenta la edad de la mujer, ocurren dos hechos. En primer lugar, la cantidad de óvulos que tiene en sus ovarios disminuyen, especialmente después de los 35 años y la menopausia consiste justamente en que se acabaron los óvulos. En segundo lugar, en la medida que avanza la edad de la mujer, aumenta la cantidad de errores cromosómicos en los óvulos. Así, a los 30 años, aproximadamente 28% de los óvulos de una mujer tienen errores cromosómicos y esto aumenta a 76% a los 40 años.
Existe una tendencia mundial de retraso en la maternidad espontánea, lo que es consistente con estudios que hemos realizado en más de 1.000 mujeres estudiantes de UDP. Ahora bien, en el caso de tratamientos de reproducción, el retraso tiene más que nada que ver con cuestiones económicas. En países donde el Estado financia los tratamientos, la edad promedio de las mujeres es enormemente menor.
¿Cómo podría mejorar la implementación de políticas públicas en Chile?
En Chile se hacen alrededor de 500 ciclos por millón de habitantes y debiéramos hacer entre 1.500 a 2.000 ciclos por millón para satisfacer las necesidades, lo que equivaldría a aproximadamente 25.000 ciclos anuales. Hoy, Fonasa contribuye con la mitad del costo de tratamientos en un 26% de los ciclos realizados. Si el apoyo del Estado fuera mayor, lograríamos satisfacer un mayor % de las necesidades de nuestra población. Es preciso dimensionar esto en un país como Chile, con una tasa global de fecundidad de 1,2, que es la menor de las Américas y de gran parte de Europa. Una política de Estado pro natalidad debiera partir por hacer posible que aquellas personas que quieren tener hijos lo logren.
¿Qué avances se han alcanzado en las tecnologías de preservación de la fertilidad?
La criobiología ha logrado avances notables, especialmente la posibilidad de preservar los óvulos de las mujeres por décadas sin que ello afecte su posibilidad de ser fecundados, generar embriones y finalmente personas. Este notable avance de la ciencia y la tecnología es lo que permite armonizar una biología que ha cambiado muy poco en los últimos 500 a mil años y cambios sociales impactantes, como son la expectativa de vida que de 40 años ha aumentado a más de 80 años. Con una biología que genera poca eficiencia reproductiva y finalmente menopausia entre los 40 y los 50, la única manera de ser mamá de manera eficiente y segura a esa edad, es usando óvulos preservados alrededor de los 30 años. Ese es el aporte de la ciencia a esta disociación entre biología y sociedad.
El artículo completo se puede leer en el siguiente enlace.
Para más información revisa la Guía Educacional de Reproducción Asistida en el sitio web reproduccionasistida.udp.cl